Escalón a escalón, logré alcanzar ver lo que desde abajo no podía.
Cada "nunca" era un tropiezo y cada "no" era un resbalón.
Me clavé muchas astillas de desesperación,
pero lo que más me dolía de todo aquello,
era ver como otros podían y yo no.
Hasta que me dí cuenta de que
lo que realmente me impedía avanzar, era el
peso del qué dirán y el del no serás capaz.
Solamente miré atrás para ver que realmente
me había deshecho de ellos.
Sólo así, logré llegar, escalón a escalón.