miércoles, 30 de mayo de 2012

Tic -tac

Sentir, dejar de sentir y volver a hacerlo, es vuestro provenir. El amor es como la energía, nunca desaparece sino que se transforma entrando en un bucle sin salida. Y así es como me siento a veces, sin saber a dónde ir ni que decir, esperando una señal que me de una respuesta. A veces la espera se hace larga, como cuando espero en la estación de buses en un frío de día de invierno. Las agujas de mi reloj parecen no avanzar. Aunque  al final termine llegando, lo que me deja rota es la espera infinita. Pasan las horas, los días, las semanas, y los meses y sigues sin aparecer. Y es cuando empiezo a preguntarme si todo esto fue un error, una mentira o quizás fruto de mi imaginación. 


En medio del pasillo

Es odiosa esa sensación de no poder levantarse de la caída, no tener fuerzas para ello y sentirte frágil. Ese temor de mirar hacia delante y no ver nada más que un largo pasillo interminable estrecho muy estrecho y sin luz. 
Inseguridad a la hora de decidir si levantarte o limitarte a que se pase el tiempo mientras sigues ahí tirado. Te quedas pensando, no se oye nada, sólamente estáis tú y ese oscuro pasillo. Te toca decidir. El tic-tac del reloj resuena en tu cabeza. Cierras tus ojos y te olvidas de todo, dejando la mente en blanco. Lo único que oyes ahora es tu propia respiración, intensa en un principio, pero que poco a poco se va relajando. Es entonces cuando te paras a pensar en todo lo que viviste antes de caer. 
Sabes que no todos fueron momentos buenos, que hubo malos también, pero los que realmente hicieron seguir adelante fueron esos momentos felices, que te marcaran para siempre. Abres los ojos y ves una tenue luz a lo largo de ese pasillo que tan mal te lo ha hecho pasar. Sabes que realmente hay razones para levantarte sin mirar atrás y caminar, caminar,caminar....
sin tropezar y ser realmente feliz. 





Brindemos

Siempre tenía algo sobre lo que escribir, algo que contar, transmitir. Llena de sentimientos aflorados en mí, tenía la necesidad de plasmarlos en algún lugar, con el fin de no olvidar. Pero desde que tú ya no estás no tengo nada sobre lo que escribir, te llevaste contigo mi inspiración. Me quedé como una copa al final de la noche, sin nada, ni siquiera una gota de todo aquello que retuve una vez. 
Siento la necesidad de volver a llenarme de ilusiones, de sueños por cumplir, de cariño que regalar, de momentos inolvidables. 
Dicen que todo lo que viene va, todo lo que sube, baja y todo lo que empieza tiene final. Aunque tú ya no me acompañes, una parte de ti se quedó conmigo, el aroma de tu piel, tu encantadora sonrisa, tus besos adictivos...Trato de dejar todo eso atrás, nuevos momentos van borrando poco a poco tus recuerdos. Nunca me olvidaré que llegaste a ser uno de mis pilares, pero ya es hora de brindar por las nuevas ocasiones.