esa calma que viene después de un fuerte oleaje contra las rocas firmes que se desgastan en alta mar.
Así me desgastas tu el alma,
nota a nota desgarrando cada gesto frío que me distancia de ti.
Consigues ablandarme hasta el punto de querer apostarlo todo
aunque sepa que vaya a fracasar.
Al igual que fracaso cada vez que callo mis pensamientos,
que apago cualquier llama que se llega a prender
y que niego que alguna vez sentí algo más.
Ese más que ni en 700 líneas sabría explicar.
Una línea por cada kilómetro que me despierta de ese sueño
en el que entro cuando te pones a cantar.
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