miércoles, 28 de septiembre de 2011

Dos almas , pertenecientes a mundos diferentes las dos. Él con sus amigos, quedadas de los sábados, su rutina, sus preocupaciones, sus pensamientos y ella a varios kilómetros de él, haciendo su vida sin la menor idea acerca de lo que el destino le depara.
Dicen que de los errores se aprende y que a veces el hecho de equivocarnos hace que descubramos la realidad. Este ha sido uno de esos casos en los que un error a lo que ha llevado a uno de esos sucesos tan maravillosos que nos pasa sucesos de la vida, enamorarnos.
El destino quiso que sus vidas se encontrasen en el mismo punto. Un punto del cual partieron posteriores sentimientos que día a día van cobrando fortaleza.
El hecho de descubrir una persona que sea capaz de mantenerte pegada horas y horas al teléfono manteniendo en todo momento una sonrisa en tu cara, de estas que van de oreja y ese brillo en los ojos de que hemos oído muchas veces.
Una persona que va ganándote poco a poco, haciendo que forma parte de ti. Una de esas a las que eches de menos aunque apenas haga 5 minutos que te acabas de despedir de ella y que estás deseando adelantar el tiempo para que el momento de verla otra vez llegue antes.
Siempre podemos planear nuestra vida pero nunca sabremos lo que el destino ni el futuro nos depara, así que más vale dejarnos llevar, escuchar a nuestro instinto y no cerrarnos nunca a esas nuevas personas que aparecen en nuestras vidas sin haberlo planeado.
Y a ti, sí te lo digo a ti, que nunca vives esperando un corazón extraño que saque lo mejor de ti (8) , no escuches a la razón sino al corazón porque será éste el que te guíe en muchos momentos.

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