lunes, 26 de septiembre de 2011

Te miro y me vuelves a sonreír



Ahora que te ibas alejando poco a poco y te ibas perdiendo en la penumbra del olvido. Cuando la historia parecía haber llegado a su amargo final…
Gota a gota tus palabras saciaban mi sed ,pero cada vez notaba más seca mi garganta. Todo se quedó oscuro, miraba con una chispa de esperanza el fondo del pozo, pero nada. Giré la manivela del grifo de la esperanza, pero nada, eso es lo único que caía, nada. Grité tu nombre por la calle de la soledad, sonaba tu nombre entre paredes, rebotaba, pero no había respuesta alguna.
Decidí sentarme, descansar, respirar, coger aire y pensar. A pesar de que te quisiera y me doliera perderte, veía que no merecía la pena seguirte. Cuando veía que mis esfuerzos por no perder tu rastro eran en vano, decidí rendirme y no buscarte más.
Tirada en el suelo, alzo la vista hacia arriba y veo como me extiendes tu mano y me dices que realmente quieres caminar a mi lado. Que por muchos problemas que tengamos los dos, tendrán que esforzarse mucho para soltarnos. Vuelves y me dices que me quieres, no sé si me abres los ojos o realmente lo único que vuelvo a hacer es cegarme. Solo sé que vuelves a estar aquí y que no estoy dispuesta a perderte de nuevo, razones no me faltan para seguirte, para entregarme, solo te pido que por favor no me sueltes nunca y no me dejes caer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario