domingo, 25 de septiembre de 2011


 Ella es real, pese a que parezca estar fuera de mi realidad. Me veo hipnotizado por su fría y su penetrante mirada. Un sudor frío me recorre la espalda. No sé qué hacer, mi cuerpo no me obedece. Veo como se acerca, vacilante pero decidida. Noto su aliento en mi mejilla y me susurra al oído. No temas.
Me despierto ,me pellizco, todo había sido un sueño. Aún me tiemblan las piernas, todo parecía tan real…
________________________________________________________________
Allí estaba como todas las noches, sentada en la barra del bar. Estaba esperando a que alguien se acercase a invitarme a otra copa , cuando apareció él. Me miraba fijamente, tenía una mirada que me hizo estremecerme. El corazón empezó a latirme más fuerte cuando se acercó y me susurró lentamente al oído. No temas. Desperté de repente, y me di cuenta de que todo había sido un sueño.
Miré a mi izquierda y allí estaba él, parecía recién despierto. Ninguno de los dos dijo nada, nos limitamos a sonreír y mirarnos a los ojos, unos ojos que se lo decían todo al mismo tiempo.
Y es que no debemos temer a soñar, porque tal vez sea en sueños donde topamos con nuestra felicidad.
Es en ellos donde podemos encontrarnos con cosas de nosotros mismos que desconocíamos.
Es lo bonito de cada despertar, saber que habrá otro día más en el que y con el que soñar. Los sueños son, y dejan de serlo cuando se hacen realidad, es ahí entonces, cuando alcanzas tu máxima felicidad. 
Ahora solo me queda decirte, que durmiendo una noche te soñé.

No hay comentarios:

Publicar un comentario